¿Qué son los Trastornos Alimentarios?

Los Trastornos Alimentarios o Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) reflejan una grave alteración del comportamiento alimentario.

Bajo esta categoría se incluyen: Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastorno por Atracón y Trastornos de la Conducta no especificados (TCANE)

En estos casos, la alimentación, el peso y/o la imagen corporal se convierten en fuente de preocupación o control, llegando a generar un riesgo considerable para la salud física y afectando negativamente en todos los ámbitos de la vida de la persona (personal, social y laboral).

Aunque aparentemente el problema se manifieste en la relación con la comida y/o con el cuerpo, suponen la expresión de un conflicto más profundo: baja autoestima, autoexigencia, ansiedad o depresión.

Los TCA afectan a principalmente a mujeres, aunque  no exclusivamente, y su aparición suele darse en la adolescencia o inicio de la edad adulta.

ANOREXIA nerviosa

Se caracteriza por un rechazo a mantener un peso corporal normal o saludable considerando edad y estatura.

En su base se encuentra un intenso miedo a ganar peso o a padecer de obesidad incluso encontrándose en un peso muy inferior al saludable, mostrando un deseo irrefrenable por continuar adelgazando.

La presencia de una distorsión de la imagen corporal es responsable de que la persona se perciba con un peso y un volumen mayor al real, por lo que se niega el peligro que comporta el bajo peso y se mantiene el deseo de seguir adelgazando.

Para lograr este propósito, se hacen uso de diversas estrategias: estricta dieta restrictiva, periodos de ayuno, ejercicio físico intenso e incluso llegar a recurrir ocasionalmente a conductas compensatorias como el vómito.

Estos constantes esfuerzos por bajar de peso pueden causar graves problemas de salud (amenorrea – ausencia del ciclo menstrual, hipotensión, hipotermia, mareos – desmayos, alteraciones cardíacas o descalcificación ósea…), llegando incluso a provocar la muerte en casos extremos por inanición.

Bulimia nerviosa

Se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes acompañados de estrategias compensatorias o purgas para evitar la ganancia de peso.

Durante los atracones se ingiere una cantidad excesiva de comida en un breve espacio de tiempo, experimentándose una sensación pérdida de control.

Tras el episodio, la persona se ve invadida por sentimientos de culpabilidad y vergüenza, que, unidos al temor intenso a ganar peso, derivan en la presencia de conductas compensatorias como la provocación del vómito, periodos de ayuno, uso de diuréticos o laxantes y ejercicio físico intenso.

A diferencia de la Anorexia, las personas que sufren de Bulimia pueden presentar un peso normal e incluso un ligero sobrepeso, lo que puede llegar a dificultar su diagnóstico y tratamiento.

Anorexia y Bulimia comparten la idea sobrevalorada de la delgadez, donde el peso y la imagen corporal tienen un papel central sobre la autoevaluación.

Trastorno por atracón

Se define por la presencia de reiterados episodios de atracones en los que se ingiere una gran cantidad de comida en un breve espacio de tiempo, y durante los cuales la persona siente que ha perdido el control.

A pesar de que tras el episodio se experimenta un fuerte malestar asociado a culpabilidad o vergüenza, a diferencia de los anteriores, la persona no realiza intentos por controlar el peso mediante estrategias compensatorias por lo que suele asociarse con el sobrepeso o la obesidad.

Causas

La incidencia de los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) ha aumentado drásticamente en los últimos años, llegando a duplicar sus tasas.

No existe una única explicación que justifique el origen de los Trastornos Alimentarios, por lo que se parte de una perspectiva multidimensional en la que intervienen factores biológicos, psicológicos y ambientales o sociales:

  • Factores biológicos: Existe una mayor predisposición a desarrollar un Trastorno Alimentario si existen antecedentes familiares. Sin embargo, más allá de la influencia estrictamente genética, conviene destacar que los patrones de pensamiento y comportamiento aprendidos en el entorno familiar sobre la importancia de la delgadez también podrían verse implicados en su aparición.Por otro lado, los antecedentes familiares de sobrepeso u obesidad o incluso una ganancia drástica de peso en la vida de la persona, podrían suponer un factor de riesgo actuando como predisponente.
  • Factores ambientales: el canon de ideal de belleza impuesto en la sociedad occidental se ha desplazado hacia la delgadez con connotaciones que van mucho más allá de la apariencia física o estética, convirtiéndose en una muestra de éxito y autocontrol. Además de la presión social y de los medios (campañas de publicidad, tallaje de la ropa), los comentarios o las críticas referidos a la imagen corporal pueden actuar como desencadenantes y mantenedores del trastorno.
  • Factores psicológicos: determinados rasgos de personalidad pueden favorecer el desarrollo de un TCA. La elevada autoexigencia, el perfeccionismo y la necesidad de control, en combinación con una baja autoestima y en ausencia de estrategias adecuadas de gestión emocional, pueden actuar como factores predisponentes.

Sintomatología

La expresión de un TCA puede variar en función de la edad de la inicio del trastorno, el tiempo que lleve instaurado en la vida de la persona y la gravedad del mismo. A continuación se detallan los síntomas más frecuentes:

Síntomas cognitivos

  • Obsesión por el peso y la silueta, miedo intenso a engordar (Ausente en el Trastorno por Atracón)
  • Ausencia de conciencia de enfermedad: negación total o parcial del trastorno *
  • Deseo de morir, ideación suicida (Infrecuente en Trastorno por Atracón)

Síntomas emocionales

  • Labilidad emocional: cambios bruscos en el estado de ánimo
  • Bajo estado de ánimo – depresión
  • Apatía, indiferencia
  • Irritabilidad
  • Ansiedad
  • Culpabilidad y/o vergüenza al “saltarse” la estricta pauta de alimentación autoimpuesta

Síntomas conductuales

  • Restricción voluntaria y progresiva de alimentos
  • Rituales obsesivos respecto a la la comida
  • Evitación de lugares que supongan comer en público
  • Presencia de atracones en los que se da una ingesta compulsiva o voraz
  • Incremento del ejercicio y la actividad física

Si la alimentación o el cuerpo ocupan un papel central en tu vida, no dudes pedir ayuda. Los trastornos de la conducta alimentaria tienen tratamiento y solución.

Tratamiento

El tratamiento de los TCA suele ser complejo y extenso en el tiempo, pero debemos tener presente que la recuperación es posible.

Para lograrlo el tratamiento debe ser individualizado, adaptándolo a las necesidades y características de cada persona.

Los objetivos de la terapia se dirigen a:

  • Desarrollar hábitos de alimentación saludables dirigidos a reconciliarte con la alimentación y con tu imagen corporal
  • Incorporar estrategias de regulación emocional para disponer de recursos más allá de la comida para calmar el malestar 
  • Modificar pensamientos, sentimientos y actitudes desadaptativas relacionadas con la comida y la imagen corporal.
  • Mejorar la autoestima y confianza.