ANOREXIA nerviosa
Se caracteriza por un rechazo a mantener un peso corporal normal o saludable considerando edad y estatura.
En su base se encuentra un intenso miedo a ganar peso o a padecer de obesidad incluso encontrándose en un peso muy inferior al saludable, mostrando un deseo irrefrenable por continuar adelgazando.
La presencia de una distorsión de la imagen corporal es responsable de que la persona se perciba con un peso y un volumen mayor al real, por lo que se niega el peligro que comporta el bajo peso y se mantiene el deseo de seguir adelgazando.
Para lograr este propósito, se hacen uso de diversas estrategias: estricta dieta restrictiva, periodos de ayuno, ejercicio físico intenso e incluso llegar a recurrir ocasionalmente a conductas compensatorias como el vómito.
Estos constantes esfuerzos por bajar de peso pueden causar graves problemas de salud (amenorrea – ausencia del ciclo menstrual, hipotensión, hipotermia, mareos – desmayos, alteraciones cardíacas o descalcificación ósea…), llegando incluso a provocar la muerte en casos extremos por inanición.
Bulimia nerviosa
Se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes acompañados de estrategias compensatorias o purgas para evitar la ganancia de peso.
Durante los atracones se ingiere una cantidad excesiva de comida en un breve espacio de tiempo, experimentándose una sensación pérdida de control.
Tras el episodio, la persona se ve invadida por sentimientos de culpabilidad y vergüenza, que, unidos al temor intenso a ganar peso, derivan en la presencia de conductas compensatorias como la provocación del vómito, periodos de ayuno, uso de diuréticos o laxantes y ejercicio físico intenso.
A diferencia de la Anorexia, las personas que sufren de Bulimia pueden presentar un peso normal e incluso un ligero sobrepeso, lo que puede llegar a dificultar su diagnóstico y tratamiento.
Anorexia y Bulimia comparten la idea sobrevalorada de la delgadez, donde el peso y la imagen corporal tienen un papel central sobre la autoevaluación.
Trastorno por atracón
Se define por la presencia de reiterados episodios de atracones en los que se ingiere una gran cantidad de comida en un breve espacio de tiempo, y durante los cuales la persona siente que ha perdido el control.
A pesar de que tras el episodio se experimenta un fuerte malestar asociado a culpabilidad o vergüenza, a diferencia de los anteriores, la persona no realiza intentos por controlar el peso mediante estrategias compensatorias por lo que suele asociarse con el sobrepeso o la obesidad.