¿Qué es la obesidad?

La obesidad supone un aumento de grasa consistente en una excesiva acumulación del tejido adiposo en el conjunto corporal.

La Organización Mundial de la Salud se centra en el análisis de la composición corporal estableciendo el criterio para presentar Obesidad un Índice de Masa Corporal igual o superior a 30 puntos (IMC= Kg/altura2).

Además del riesgo para la salud física que puede comportar (es la segunda causa de muerte evitable después del tabaco), la obesidad puede acompañarse de síntomas no tan evidentes a simple vista y que, de presentarse, contribuirán a que la situación se cronifique y agrave en el tiempo.

Causas

El sobrepeso y la obesidad tienen un origen multifactorial en el que intervienen diferentes variables: biológicas, sociales, psicológicas y ambientales.

La genética y nuestro estilo de vida (pautas de alimentación y ejercicio físico – hábitos) juegan un papel esencial en el origen del sobrepeso y la obesidad, pero no son los únicos responsables implicados en el peso: no debemos olvidar la importancia de los factores psicológicos, que pueden influir tanto en la aparición como en el mantenimiento de los mismos.

Detrás del sobrepeso y la obesidad pueden encontrarse alteraciones o trastornos psicológicos como el Trastorno por Atracón, el síndrome de ingesta nocturna de alimentos o dificultades emocionales como depresión o ansiedad.

Sintomatología

No todas las personas que presentan sobrepeso u obesidad experimentan los síntomas que a continuación se enumeran.

Factores como la edad, la rapidez en la ganancia de peso o el número de intentos previos realizados para perder peso sin éxito, aumentan la probabilidad de que la persona experimente:

Síntomas cognitivos

  • Rechazo hacia el propio cuerpo
  • Dificultades para diferenciar las señales de hambre y saciedad
  • Limitaciones para distinguir el hambre de otras sensaciones

Síntomas emocionales

  • Bajo estado de ánimo – depresión
  • Ausencia de motivación
  • Frustración
  • Ansiedad
  • Baja autoestima

Síntomas conductuales

  • Evitación de lugares o situaciones que impliquen comer en público
  • Aislamiento social, se limitan las situaciones o lugares sociales
  • Dificultades en las relaciones íntimas

Si tu figura o tu peso limitan tu vida, no dudes pedir ayuda: nunca es tarde para empezar a cuidarse.

¿Cómo puede ayudarte LA psicOlogÍA?

Una gran parte de las personas que presentan exceso de peso llevan a sus espaldas una larga historia de dietas en su vida.

Sin embargo, si nos centramos únicamente en “seguir una dieta”, es muy posible que los resultados conseguidos no se mantengan a largo plazo e incluso que aparezca el temido “efecto rebote” (llegando a alcanzar un peso incluso mayor que al inicial). Este hecho genera una desmotivación y una frustración que configura un círculo vicioso del que no es fácil salir. Por tanto, por difícil que pueda resultar perder esos kilos de más, el verdadero reto es lograr no recuperarlos y mantener un peso estable.

Para lograrlo es necesario ampliar el enfoque más allá del aspecto estrictamente nutricional, dirigiéndolo a establecer un estilo de vida saludable, por lo que el principal objetivo desde el punto de vista psicológico es generar un cambio de hábitos a nivel global.

Por otro lado, es frecuente que la comida se utilice como estrategia de regulación emocional. Es por ello que resulta imprescindible adquirir otros recursos más adecuados y menos perjudiciales para combatir la ansiedad o el estrés, evitando así que el problema reaparezca en el futuro.

Tratamiento

Algunos de los objetivos de la terapia se centran en:

  • Comprender el funcionamiento del organismo y sus necesidades, así como la influencia entre pensamiento – emoción y conducta de ingesta.
  • Identificar las situaciones en las que se come por necesidad fisiológica de aquellas en las que se come por otras razones (aburrimiento, soledad, ansiedad…)
  • Desarrollar técnicas de gestión emocional 
  • Coaching: fortalecer y mantener la motivación durante el proceso
  • Terapia de remediación cognitiva para mantener el cambio de hábitos a largo plazo